INTERIOR PURO
La plaza céntrica, la tranquilidad en las tardecitas, la poca oferta nocturna. Últimas pinceladas de lo que nos dejó la Perla del Sur, de la mano de algunas fotos pendientes.
El Bicentenario vistió a la Plaza de Armas de tres colores. |
Cabinas para la prensa en el Centro de Desarrollo Comunitario |
Tierra colorada, humedad cada tarde, y la serenidad de un pueblo que a puro tereré y chipa va llevando la jornada. Uso horario distinto que obliga a cerrar temprano los negocios salvo lo de las prinicipales arterias comerciales. A las seis de la tarde ya no hay luz, pero sí mucho movimiento de gente que se cuelga de los colectivos para volver del trabajo.
Dirigentes uruguayos informando al locutor oficial del evento. Un gordo bueno. |
Existe un "empleo" que aquí no es costumbre. Una especie de cadete que lleva pedidos a los autos en los 24 horas a cambio de propinas. Haciendo la previa, los coches se agolpan en la vereda de los mercados (una onda Iberpark) y los chicos entran y salen con los pedidos de alcohol y demás. Así también en los locales que venden lo que vende un carrito de hamburguesas, donde el punto fuerte (y picante) en Paraguay es el Lomito Árabe. El muchacho le toma el pedido y más tarde se lo lleva al auto a cambio de una propina.
La juventud encarnacena es de mostrarse poco entresemana. Ni siquiera la Plaza de Armas, embelleciendo el centro de la ciudad, es un espacio de recreación y esparcimiento para "hacer tiempo".
Nunca falta el buen asado para agasajar a los visitantes. |
Lo único que se puede hallar abierto más tarde es el casino Carnaval. Gigantesca estructura sobre una avenida, donde gente de todas las edades va a despuntar sus vicios, y hasta puede integrarse a un popular karaoke donde se canta desde las mesas. El punto final en dicho sitio es a las 4AM.
Ya viernes o sábados, el abanico de oportunidades se abre un poco más, sobre todo para la muchachada. "La Estación" es el boliche Top, por su popularidad y no por su estilo. Importantes bandas de cumbia argentina tocan ahí frecuentemente agotando localidades. Su nuevo rival es el boliche "Malibu", a dos cuadras nada más, que a pesar de haber llevado a dos GH 2011 en los últimos días, todavía no calzó en el público. En un segundo orden tenemos también muy cerca el pub "Camelot", algo más pequeño, y donde se puede beber y danzar a discreción hasta altas horas. Enfrente al mismo, el típico bolichón de campaña. Sin nombre, sin decoración, con muchos autos en la puerta, y la música que retumba como si adentro no hubiera nadie más que el DJ y el barman.
Saludo final. El fenomenal Juan Salas estrecha la mano con el uruguayo Rodríguez. |
Diego Silva
me gusto muchisimo la cobertura del sudamericano en encarnacion,cubriendo todos los aspectos,no solo lo deportivo.-felicitaciones por la brillante tarea periodistica desarrollada.-
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