ENTRE MONTAÑAS Y ALAMEDAS
Peñalolén recibió al futsal. El "Chuchunco" al Show. Desde el surponiente del querido Santiago, primera entrega de las crónicas de lo que pasa fuera de la cancha en los Juegos Odesur. ¡Viva Chile!
Peñalolén recibió al futsal. El "Chuchunco" al Show. Desde el surponiente del querido Santiago, primera entrega de las crónicas de lo que pasa fuera de la cancha en los Juegos Odesur. ¡Viva Chile!
El eterno paso por la cordillera nos abrió las puertas de una capital trasandina que no se ha entusiasmado en demasía con el arribo de los X Juegos Sudamericanos. Las casi siete horas de trayecto por entre las entrañas de esa mounstrosidad continental llamada “Los Andes” se hacen interminables. Ruta caracoleada, aduana insufrible y luego, cuando ya parecía culminar el trayecto en ese túnel de montañas, nuevamente curvas en descenso no apta para los que sufrimos de vértigo. Ya cuando uno cree estar llegando a la zona urbana (sin resentimientos, Nacho), se suceden una incalculable cantidad de kilómetros más de pura cordillera alrededor. Finalmente, los carteles se deciden anunciar a Santiago, pero los ómnibus de línea provenientes de Mendoza van hasta la comuna de Los Andes primero, donde se bajaron un total de una! personas. Sitio con aires pueblerinos, como vieja ciudad del interior de nuestro país. Entre almacenes, moteles y calles de polvo, el bus internacional se abrió paso por dos horas más hasta la terminal de Santiago. Nada del otro mundo la misma, siendo que pertenece a una de las capitales más modernas de latinoamérica. Cambistas, tiendas de ropa, kioskos de todo tipo y tamaño, sumado a la típica dificultad para acceder a un taxi libre.
En cuanto al recibimiento de los chilenos, un diez puntos en todo sentido. Desde el “como están, chiquios?” del lugar donde pernoctamos hasta la amabilidad de los voluntarios en cualquier sector del escenario. Santiago es grande. Y la organización envió las distintas disciplinas de los Odesur hacia varios puntos del mapa. Un Metro con trasbordo y luego colectivo, son el vehículo que nos lleva día a día hasta Peñalolén (una hora y cuarto en total), donde se encuentra el magnífico Gimnasio Chimkowe. Durante todo el trayecto, la consulta “turística” será bien recibida. El escenario ya lo han visto en variadas fotos. Un formidable estadio cerrado para 3000 personas. De un lado todo el público, del otro la vip, cabinas de audio y zona de prensa. Detrás de los arcos, dos pisos por encima, vestuarios, oficinas de la organización, seguridad, etc. Todo en su lugar, todo estructurado. La cancha, una carpeta de goma sintética espléndida. Pista azul que recibe a los mejores seleccionados de la región. Lo único para marcar en el debe, la ausencia de un tablero electrónico grande a la vista de los periodistas, aunque se resuelve rápidamente preguntándole a los voluntarios ¿Cuánto va?. Y así marchan los Juegos. Subidos a la vorágine de una ciudad que no para y a la que debimos habituarnos casi obligados para seguirle el ritmo a la competencia. Sobre la actualidad político social, datos históricos y el inevitable recorrido del GPS nocturno, les contaremos en próximas entregas.
Desde Santiago de Chile / Luis Silva
entre que no es de futsal y lo pusiste con una letra tan chica no creo que muchos lleguen al final del artículo
ResponderEliminarLa verdad que no entendés nada de nada de Periodismo con esa critica del artículo publicado. O sos un mala onda o un resentido, o un hdp
ResponderEliminartodavia que hace un panorama de su llegada a Santiago, los paisajes, su gente,me parece que es parte de su viaje hacer estos comentarios, aca se trata de valorar lo que este periodista hace, creo que tambien tiene derecho, y si no ves la letra chica, creo que seria bueno que te compraras lentes. bue....si no te interesa la nota, tampoco nadie te obliga a leerla.
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