CIRCO CRIOLLO (7ma edición)

DE DONDE SALEN, DE DONDE VIENEN....
A los problemas habituales de los clubes para captar y formar jugadores, se les suman los organizativos que no permiten a la AUF abrir la temporada de las categorías menores. Por si fuera poco, el que se está jugando, casi no tiene gracia. ¿Y  la selección?..... Respiren hondo.....

Así como en mayores el 50 % de los partidos del Torneo tienen un resultado previsible y lo único que resta conocer es la diferencia final, en sub 20 ese porcentaje aumenta y ha logrado en este Apertura no solo quitarle el atractivo a los preeliminares, sino hasta impactar en el rendimiento de los equipos de "arriba". Será esta una sensación óptica quizás, pero los matchs de juveniles hasta el momento (la gran mayoría) caen inevitablemente en pasajes largos de bostezos y monotonía. En el tiempo quedaron aquellos apasionantes campeonatos. Eran varios los equipos con chances, y cualquiera le podía ganar a cualquiera (Peñarol, Nacional, Bohemios, Banco República, Basañez, Boston River y más adelante Malvín) Hace ya más de tres temporadas que el dominio absoluto de la categoría sub 20, es de uno de los dos grandes. Terciaba el Victoria en un momento, dado el gran caudal de jugadores, pero el rojo bajó la persiana, y sus players desembarcaron en (adivine) filas tricolores y aurinegras, ampliando el márgen. Se coló en el último tiempo Old Christians en base a un gran trabajo desde la base, pero no le da ni pretende alcanzar los máximos sitiales.
El tema es de larga data. Cuando un jugador deja el equipo donde nació, y luego ante la primera tentación del cuadro grande (con toda la fuerza que implican los colores tradicionales) se va, aunque juegue muchos menos minutos que los que tenía en su team de procedencia....¿Porqué lo hace? Se recurre siempre a los clásicos: acá le dan todo, horas de cancha, ropa de entrenamiento, no hay que poner plata, etc, etc. ¿Será siempre así? Hay algunos equipos que han trabajado en juveniles para tratar de que tengan a disposición todo, o al menos lo mismo que sus primeras divisiones. El problema radica entonces en lo otro: plano futbolístico, táctico, técnico...¿Grupal? ¿Humano?... Algo debe haber y sería bueno saberlo, sobre todo para esos equipos que año a año ven como emigran sus pibes sin el más mínimo sentimiento de pertenencia e identificación con sus colores originarios. Luego en la cancha, se observa el resultado de toda esta coyuntura que se hace habitual, y que transforma en trámites los campeonatos de sub 20 y los de más abajo.
Y si hablamos de sub 17, la cosa se perfila con otra temporada de poca vida deportiva. Ya el hecho de arrancar en el mes siete da la pauta. La obligatoriedad de presentar equipos en esta categoría fue claramente estipulada en el lanzamiento de los torneos 2010. Pasaron los meses, se manejó que algunos equipos no tenían armada la categoría, se llegó a un cuadrangular preparatorio disputado el domingo pasado.... pero el Torneo oficial no arrancó todavía. La fecha fijada es el 18 de Julio. Cuesta pensar que otra vez los enfrentamientos políticos y pequeñas luchas de poder, desplazen a lo primordial en este caso, que los pibes tengan competencia. Que el campeonato de sub 17 se juegue con total normalidad. Entre todos y con todos. Luego vendrá la sub 15, que el año pasado terminó con 3 equipos disputando el campeonato. Peor no se puede organizar, más allá de las voluntades y economías de los clubes, por lo que advertimos un metropolitano "decente" como para empezar a resurgir después de tocar fondo.
Nos queda la selección. En este caso solo nos referimos a la sub 20. Urge la designación del técnico. El tema traerá cola, pero mejor que haya un tiempo desde que se confirme el nombre hasta el Sudamericano, a nominarlo cerca de la disputa y llegar a la competencia con un clima enrarecido y con ribetes de novela como en el 2008. La Comisión debería tener en carpeta el tema desde hace rato, y si es así, gestionar y hacer el nombramiento cuanto antes. No solo por un tema de dar tiempo a aplacar las inevitables polémicas post designación,  sino para que se llegue con óptimo apronte y planificación al Torneo de Octubre en Medellín. Así como se hizo en los Juegos Suramericanos. No es llover sobre mojado, es hacer lo que hay que hacer. Para dar el ejemplo desde la AUF hacia sus afiliados, de lo relevante (¡vital!) que es el trabajo en la formación de nuestros futuros valores.