CLAUDIO GUERRA

Hace más de dos décadas vive en España siempre vinculado con el futsal, ya sea como jugador o técnico. Hombre de Selección, defendió a los dos grandes, el "Cubano" anduvo por Montevideo, y el Perro Verde se lo encontró tomando un café en una famosa esquina de Pocitos. A puro futsal se fue una hora de charla en el Bar 10, donde el Profesor fue Guerra

- Primero comenzar con lo que estabas haciendo en España y hace cuanto que estás allá…

Me fui en el año 87, a jugar al Fútbol sala, estuve jugando hasta los 37, o sea hasta hace 5 años. Luego empecé a dirigir, dirigí en División de Plata, y fue un desastre el primer año, recién había dejado de jugar. Y nada, después empecé a formarme, a hacer cursos, y ahora estaba entrenando un equipo de Primera Divisional A hasta la temporada pasada, y el tema económico se complicó en España, como en toda Europa pero España en particular. Y ahora en lo deportivo no estoy haciendo nada, tengo que hacer un curso en Zaragoza en Julio para terminar con todos los niveles.

- ¿Cuál era el último equipo?

Inca. Yo empecé en Fisiomedia Manacor, un equipo de la división de plata, y después entrené en Inca, que es en Mallorca también.

- En Uruguay viniste a reforzar a Nacional cuando ganó el Sudamericano del 96, pero antes como fue toda tu carrera?

En Uruguay empecé en el año ’83 en juveniles. Una época muy bonita, habían una competencia muy buena en juveniles con Peñarol, Náutico, Bohemios, Hebraica, banco República… Enseguida empecé a alternar en mayores, lo hice hasta el año ’87. Ganamos tres campeonatos federales, dos campeonatos nacionales, perdimos un par de veces con Old Christians me parece. Y tá, después me fui a España y vine a reforzar en el ’96 a Nacional para la Copa Libertadores, también una experiencia formidable. Fue esa la última vez acá, y en el 2000 fue la última participación con Uruguay en Guatemala.

- Sobre la Selección justamente, que recordás de todos esos años previos al Mundial de Guatemala?
La primera vez fue en el mundial de Australia en el ’88 que era FIFUSA. Fue el primero que jugué. Después nosotros al estar jugando en España ya no nos llamaban a los mundiales de futbol de salón. No se volvió a jugar hasta el ’96 futsal. Chpo Muniz nos llamó, hicimos una eliminatoria muy buena. Era un grupo muy luchador, un equipo bastante competitivo. Y fuimos ese mismo año a España (Copa del Mundo) y la cosa nos fue bastante mejor de lo que esperábamos a nivel colectivo. Perdimos con Ucrania, que si empatábamos con ellos pasábamos a semifinales, pero hicimos un campeonato muy bueno. Yo personalmente no anduve. Así como en la eliminatoria rendí, luego en el mundial no estuve en nivel.

Después vino la eliminatoria del 2000 donde no me llamaron. Estaba Robido de entrenador, pero sí lo hizo para el mundial. Y en ese torneo creo que teníamos mejores jugadores a nivel técnico que en la copa anterior. Pero bueno, no supimos aprovechar la propuesta de juego que era buena, no nos salieron las cosas como esperábamos y quedamos eliminados en primera fase. Jugar campeonatos mundiales es una experiencia enorme.

- Pasando a tu experiencia como técnico, y teniendo en cuenta las diferencias grandes entre un medio y otro, ¿como ha sido convivir con esa infraestructura y con el profesionalismo de los jugadores?

Sí. Yo creo que siempre tendemos a mirar a lo más alto. Miramos la casa que no vamos a tener nunca y el cargo que es casi imposible llegar. Todo se empieza de abajo. Y yo pienso que el técnico tiene que ser la persona más profesional de todo el ambiente deportivo. Para lograr éxito, que no quiere decir resultado deportivo, sino formar clubes, proyectos a largo tiempo de equipos, de instituciones, de federaciones… Creo que tenemos una gran responsabilidad los entrenadores, porque los que viven de dirigir son pocos, pero los entrenadores recibidos somos una gran cantidad. Siempre hay trabajo para hacer, y en España no todo es la Liga Nacional de Fútbol Sala, no todo es División de Honor. Hay muchas categorías donde la gente es remunerada económicamente, pero a base de mucho sacrificio, y después de estar mucho tiempo sin cobrar. Pasa que después cuando los clubes van creciendo, y para mantener cierto nivel, cuando las estructuras van funcionando se precisa una compensación económica porque las responsabilidades aumentan. Y acá me parece que estamos en querer solucionar la parte más complicada que es la Primera, la Selección, y creo que hay que hacer un trabajo de base que es donde hay más amplitud de deportistas. Potenciales deportistas. Y en eso es donde España nos lleva más ventaja porque hay muy buenos entrenadores trabajando en la base. Porque no todos pueden trabajar en División de Honor. En División de Honor hay 16 equipos y pueden trabajar 16 entrenadores! Cada vez que se da un curso de entrenador ya sea de nivel 1, nivel 2 o nivel 3, tiene que haber un mínimo de 35 alumnos. Por lo que estamos hablando de 35 alumnos en diferentes comunidades. En Baleares, en Canarias, en Catalunya, en Madrid… estamos hablando de que salen cientos de entrenadores cada año. Y pueden vivir de eso, entre Honor y Plata, unos cincuenta. Los demás algo tienen que hacer…porque estudian para eso. Entonces van hacia abajo, y en eso van mejorando. Es lento también, pero la gente entendió que lo que tiene que tener es un lugar físico, que tampoco tiene que ser una cancha de 40 x 20. Necesitan unos metritos cuadrados para trabajar con niños, y empezar, empezar, empezar, y encontrar la metodología que enganche gente al fútbol sala. En Brasil juegan con una pelota donde sea… Tenemos que mirar hacia la base, hacia los niños, sino nos vamos a quedar dirigiéndonos entre nosotros, hablando en un bar de fútbol sala pero sin tener a quien entrenar.

- Después está el tema de la formación de entrenadores. Comentaste que a ti mismo te pasó el primer año, y luego de hacer los cursos fue distinta la cosa…
Hay gente de diferente formación académica entre los entrenadores. Lo académico creo que te da la disciplina. Sobre todo cuando tenés que estudiar y planificarte el trabajo. Yo me retiré como jugador y prácticamente empecé a entrenar al otro día…. Yo no tenía ni idea! No sabía nada. Sí sabía pegarle a la pelota, sabía que había que pegarle con las dos piernas y sabía cuatro jugadas… pero dirigir un grupo no tiene nada que ver. Pero bueno, a través de los cursos y el interés de uno, te ayudan mucho. Los pofesionales del basketbol, del handbol, del fútbol mismo, enriquecen un montón, pero tenés que saber adaptarlas y tenés que ser justamente profesional. Que no quiere decir ganar plata, sino dedicarle todo el tiempo que puedas a mejorar. Primero vos, y después lógicamente lo vas a poder trasmitir al resto. Los niños , yo soy padre también, cuando les decís algo que les llama la atención, abren los ganchos. Y si te piden más, vos tenés que estar preparado para darle más. Sino llega un momento en que no tenemos nada para ofrecerles.

- El otro día te vimos un rato por el Rowing, y como suele sucedes, hay cosas que uno piensa que cambiaron y no cambian más. ¿Cuál fue tu impresión más allá del partido en sí?

Yo cuando estaba el proceso previo al mundial, y la eliminatoria, yo seguía todo por Internet y me daba la impresión de que había pegado una levantada el futsal. Todo desde lejos, no? Incluso deportivamente fue bien porque se clasificó al Mundial. Además siempre está la esperanza de un cambio para los que queremos el futsal. Y nada, fui a ver la final de la B y veo que hay cosas que en cuanto a la presentación del Fútbol sala siguen siendo como hace 35 años. Y eso llama un poco la atención, porque hoy tenemos medios audiovisuales que nos enseñan como funciona el acercar gente a nuestro deporte. La imagen hoy es esencial, no se si es bueno o malo, pero es esencial. Y si al fútbol sala queremos traer gente de afuera, tenemos que ajustar algunos detallecitos que no dependen del dinero sino de ser un poco exigentes con nosotros mismos. Creo que estaba fijado para las nueve y empezó nueve y media… Hay gente que tiene cosas que hacer, y más un Viernes de noche. El jugador llega a la casa y en vez de preguntarle ¿Cómo te fue?, le dicen: No vayas más. Y los jueces tiene que estar temprano para que todo se cumpla en hora. Eso no depende de factores económicos.
-¿Te gustaría de alguna manera u otra trabajar con el fútbol sala en Uruguay?

Si, si, si. De hecho con mi familia estamos tratando de armar algo para volver. Yo es lo que sé hacer, es lo que me gusta, es una pasión. Y si no puedo volver, quizás colaborar de distintas maneras. Yo hablo con Gustavo Sánchez, con Nicolás Moliterno, con muchísima más gente que no está hoy en día en el ambiente del fútbol sala, un poco de intercambio que nos enriquece a todos. Lo que no podemos es esperar siempre es que hay una recompensa a cambio de dar algo. Los que tienen la suerte de aprender simplemente mirando un partido, tienen que tener también la facilidad de compartirlo. Nos necesitamos todos. Si siempre mejora uno, los demás se van a terminar yendo. Es esa la base de intercambio, compartir la información que ha recibido, y como todo en la vida, de a poco se va creciendo. Hoy nadie cobra, a lo mejor a partir de eso derrepente en 20 años los entrenadores de fútbol sala en Uruguay ganan 3 mil dólares por mes. Si hacemos un trabajo para que alguno dentro de 20 años pueda vivir del fútbol sala, mejor…
- ¿El quinteto ideal de los que hayas estado en cancha como compañero o rival? Sólo uruguayos…

Hacer cinco es difícil… Yo creo que golero el mejor fue el “Pato” Lasalvia. (Piensa) Te diría el equipo de Peñarol del 85/86/87. El Pato, Juancito Tiscornia, Alfredo Muñoz que era un espectáculo, el Checho Castiglioni y Fernando Barreiro o el Ruso Moratorio. Es que sería injusto decirte cinco nomás. Náutico también tenía grandes jugadores, Omar Inglés, el Pistola (un 5 a nivel mundial) , Javier Antelo, también estaba “Chocolondo”… había muy buenos jugadores.

-¿Y a nivel internacional? Siempre recordamos la anécdota de “Wally” Rodríguez que en su debut en un Sudamericano apareció Morruga en el primer córner, recibió en el área, la levantó e hizo un gol de chilena, dejando a todos atónitos. ¿Tenés algún recuerdo parecido?

Yo con el jugador más grande que jugué, y que nunca estuvo en la Selección, fue en España y le decían Marabú, se llamaba Sergio Enrique. Es lo más parecido que vi en mi vida a Maradona con una pelota. En lo físico no tenía nada que ver, era alto, fibroso. Era una cosa espectacular, que él solo llenaba. Cuando empezaron a ir extranjeros a España en el ‘87 anunciaban el partido en Valencia y ponían un cartel: “Hoy juega el Distrito 10, con el brasileño Marabú” Hacía bicicletas, goles de rabona.. se divertía. Yo que jugué con Falcao varias veces, te digo que es mucho más jugador que Falcao.

Después también vi a Fininho, Morruga, Manoel Tobías…Chicolín, Marcos que ahora es el DT de Brasil, Neco, he visto grandísimos jugadores. Y en Uruguay he visto jugar de viejo al Ringo Brunetto y era una barbaridad… Bueno, el Checho Castiglioni era impresionante. Uno tuvo la suerte de seguir, y de ser tenaz, pero hubo otros mucho mejores que quizás por no tener posibilidades o dar prioridad a otras cosas en la vida no siguieron. Es que uno cuenta que estuvo 17 años fuera del país viviendo del fútbol sala, y es como una locura. O por lo menos no es una cosa normal…
- ¿En pocas palabras qué es el fútbol sala para vos?

Como deporte en sí, es uno de los que cuenta con más riqueza táctica, y donde las condiciones técnicas son indispensables. Al fútbol sala, sin ser disciplinado tácticamente, sin entender el juego, y sin ser bueno técnicamente, no podés jugar. Donde haya un poquito de nivel no podés jugar. Para mi ha sido, con lo que significa el tema de los hijos, la familia y compromisos que vas tomando, a lo largo del tiempo la razón de la existencia. Es un deporte que me ha dado todo. Sabemos como es la sociedad en Uruguay, que si no te aferrabas a los estudios o a los deportes, era complicado. Año ’76… lo que vino después… para nosotros la única motivación era jugar a la pelota. El fútbol sala fue un poco el escape para salir de otros ambientes. Siempre tuve claro, desde que me enteré que en España pagaban, que yo quería jugar allá. Por eso yo soy un convencido que para lograr cosas en el deporte es cuestión de querer.

Y la entrevista daba para más se ve. Igualmente nos quedamos profundamente agradecidos con ambos. Ojalá, el Perro Verde, nos mandes este tipo de material con más frecuencia.

http://www.Deportivos.com