JAVIER "COCO" PÍRIZ

El Perro Verde Clásico

"EL ARQUERO NO TIENE QUE HABLAR, TIENE QUE MANDAR"
Campeón de todo con Nacional. Vicecampeón mundial con la Selección en México '97. Ganó premios del Comité Olímpico Uruguayo y el Charrúa del Círculo de Periodistas en más de una oportunidad. Un arquero que nació en Bohemios y dejó su huella en la historia del salonismo nacional. No te rompas el coco, es Javier Píriz.

En sus inicios con la marrón, en Juan Pablo II

- ¿Cuando fue su último partido oficial de futsal?
Contra Basañez, en Saint Catherin's con Nacional. Perdimos, me comí dos goles horribles. Todo eso provocado porque no estaba entrenando bien. Por laburo a veces podía estar dos semanas sin entrenar, igual iba y jugaba. Pero por respeto a mis compañeros, cuando me comí esos goles dije: ta, no juego más. Fue en el año 99. Ese día dije, hasta que no tenga tiempo de entrenar como corresponde.... aparte hacía muchos años que por Campeonato de Montevideo no perdía un partido, y me retiré perdiendo.
- ¿Qué edad tenía allí?
Tenía 31, 32.
- ¿La última vez que concurrió a un partido oficial de futsal?
Fui a ver a Nacional cuando me dieron esto (muestra una plaqueta que luce en su escritorio). Fue un clásico que ganó Nacional, que me homenajearon, en el Liceo 31. También he ido a jugar el senior. Armanos con los viejos de Bohemios. Jugamos tres años y ganamos los tres años.
- ¿Como empezó toda la historia con el fútbol de salón?
Yo iba a Bohemios, y me descubrí como arquero en los grupos deportivos que se le llamaban. Moría por jugar fútbol de salón y me encantaba que me pusieran a atajar. Era un tema de ego, me encantaba lucirme. Ya atajaba con mis amigos cuando se armaba un partido de fútbol de salón, porque no había canchas de fútbol 5 en esa época. Había mucho gimnasio y de repente armábamos partido en lo que era Misericordia (hoy Monte VI) y yo era el arquero oficial del cuadro de mis amigos. Y dentro de esos amigos estaba Gustavo Sánchez, hoy técnico de la selección. Él empezó a jugar en Bohemios en juveniles, y había un solo golero que era Tony Cárdenas, que era un golerazo! Ta', me dijo: - No hay golero suplente, te animás a ir?
Y empecé a ir por setiembre, octubre. Jugábamos juveniles contra mayores. Recuerdo que el primer entrenamiento me partieron el pecho de un pelotazo, y otro en los h... que me mataron. Yo dije, si arranqué así....Claro, era otra fuerza con la que le pegaban.
Y el primer partido oficial que voy era Bohemios contra Hebraica en Banco República. Tony se atajó todo. Fue un infierno, hasta felicitado por los de Hebraica. Dije: no juego más.Al partido siguiente jugamos con Platense en cancha de Bohemios. Yo no conocía a nadie. No conocía el deporte, contra quien jugábamos, en que parte del campeonato estábamos. Un estado de inconsciencia... Me gustaba atajar. Y echan a Tony. Hay un lío a la mitad del partido cuando perdíamos 2-0 y le sacan roja. Tengo que entrar yo. Al otro partido debuto como titular, y me fue bien. Ganamos 4 a 2, atajé un penal. Después seguí jugando todo el campeonato. Llegamos a semifinales contra Náutico en cancha de ellos y ganamos. Y la final contra Peñarol fue bastante más difícil. Ellos marcaban bien, yo no era un buen sacador, pero ta.. ganamos y salimos campeones.

- ¿Qué etapa cumplió en Bohemios?
Y estuve tres años: 16, 17 y 18. Al año siguiente del que ganamos, se armó un campeonato largo, había una cantidad de equipos, ya en Misericordia. Llegamos a la definición Peñarol, Hebraica y nosotros, y se dio que jugábamos las últimas fechas entre sí. Perdimos con Hebraica y le ganamos a Peñarol, y salió campeón Hebraica. Ya ahí Tony Cárdenas y yo alternábamos: uno en juveniles, uno en Primera. Y uno era suplente del otro en cada categoría. Al año siguiente ya vino "Chopo" Muniz a dirigir y trajo a Paolo Curcio de golero, y ta, chau. Se jugaba la reserva además, había mucha gente en la vuelta. Un día me tocó jugar en las tres categorías seguidas.

Píriz obtuvo dos Torneos Federales de juveniles (87/89), seis de mayores (93 al 98 consecutivamente) y tres Nacionales de clubes. Fue campeón del Torneo Sudamericano de clubes 1996 con el Club Nacional de Football.

- Ese año me maté entrenando. Primero porque me encantaba; segundo, como tenía dos arriba mio, y yo ya le había agarrado el gustito a primera, andando bien. También estaba la tradición salonista, de los cuadros fuertes, Náutico, Banco... estaba bravo jugar en algunas canchas, era local y visitante. Era otra cosa.
Peñarol tenía un cuadrazo también. Habían tipos grandes y muy mañeros. En pelotas divididas, a un golero juvenil, te venían con la plancha y te mataban. Y como los conocían a los jueces, no pasaba nada. Después yo empecé a conocerlos porque claro, los jueces viajaban con las delegaciones a los campeonatos, y recuerdo incluso al "Camión" (Brusciani) metiendo mano en el exterior cuando teníamos lío. Entonces si eras conocido era otra cosa... a veces igual te mataban, ja.
Los campeonatos nacionales también te ayudaban a madurar. Por ejemplo en La Paz pasaban por detrás del arco y te escupían. Ser de Montevideo tenía la particularidad de que no te quería nadie. Ibas al interior y hay una rivalidad marcada, de repente jugábamos contra Treinta y Tres en Melo e hinchaban por Treinta y Tres, siendo el clásico de ellos. Había que aguantar situaciones, concentraciones. Era una provocación constante. Como en general, los cuadros de Montevideo eran superiores, la presión emparejaba para el local. No por no bancar la presión, sino por los jueces y un montón de cosas. Eso me ayudó mucho el último año de juveniles. Chopo armó un cuadro sólido. Y ahí se armó la selección donde citan a Tony, a mi (los dos de Bohemios) y al "Palillo". A Tony se le complicó por estudios, para mi era el mejor de los tres, y ahí terminamos viajando el Palillo y yo al Sudamericano juvenil de Curitiba.

- ¿Como es luego la transición mientras se da su llegada a Nacional?
Después jugué un par de años más en Bohemios en mayores. Fuimos a hacer una pretemporada a Maldonado para un Sudamericano o un Nacional, no recuerdo, y ahí me lesiono de los meniscos. Ya arranqué  mal el año, al final del mismo me volví a lesionar. Empecé a trabajar en algo que me encantaba.. así que dejé un poco. Lo de los meniscos no fue rotura, fue como una trancadera. Hoy en día te operan y al mes est jugando. Pero yo en ese tiempo preferí recuperarme solo, recuperar el músculo y seguir. Si un día se rompía me operaba y listo. Al final no jugué tampoco al año siguiente. Hasta que en 1993 la insistencia de César López, el cobrador de Nacional, hizo que fuera a jugar al club. Nacional había subido en el '91, salido campeón en el '92, y ya en marzo/abril del '93 se jugaba el Campeonato Nacional de clubes, y suponían que yo como no había jugado durante todo un año, podía jugarlo. Pero en realidad necesitaba un año entero de jugador libre, y yo el año que estuve sin jugar estuve anotado en Bohemios, no me di de baja. Al final no pude jugar, creo que lo ganó Old Christians ese Nacional. Pero después sí empecé a jugar, salimos campeones...

- Para los que no lo vieron y escuchan del Nacional de los 90, con Robido, con Aguirrezabala, con Moliterno.. ¿Como se lo puede describir a aquel equipo?
Un técnico revolucionario para la época. Un tipo que enseñaba táctica y aplicación. Él no hablaba de otra cosa que no fuera futbol. Cuando yo voy encuentro a un tipo que trabajaba de forma totalmente distinta a lo que yo había visto trabajar, y que tenía cinco jugadas que salían a la perfección, y un movimiento de salida, cosa que nadie lo tenía. Era un perfeccionista, entrenaba durante horas eso nomás. Vamos con la 1, vamos con la 2, y así.. O sino solo una, todos los jugadores del plantel, 45 minutos hasta que la jugada salía perfecta. Primero sin marca y sin pelota, solo el movimiento; después con pelota; y después con marca simulada. Y después hacíamos partidos, y los dos cuadros tenían que hacer las jugadas, sino paraba la práctica. Así toodos los entrenamientos, entonces la letra entraba. Nacional jugaba a otra cosa, y a otro ritmo. El preparador físico Jesús Martínez te mataba, pero te mataba bien. Sabía que fundamento físico tocar. Y técnicamente eramos buenos, había muy buenos jugadores. Sabíamos por ejemplo que si íbamos a Platense te iban a tratar de provocar, sobre todo al "negro" Miguel. Entonces que hacíamos? No decíamos: - muchachos, no entren. No! No hablábamos del tema. Ni lo tocábamos. Hablábamos de futbol. Sabíamos que si jugábamos al futbol no nos ganaba nadie. Banco República era otro equipo que nos odiaba. No me acuerdo quien era el técnico, pero a los 10 minutos tenía tres afuera. Porque jugábamos callados, pero respondíamos con goles, entonces después les hacías una guiñada y te querían matar. Con gente, sin gente, los clásicos, nada nos sacaba. Jugábamos a lo mismo siempre.

En uno de los tantos viajes con Nacional. Falta Aguirrezabala en la ocasión.

- ¿Cuantas veces por semana y donde entrenaban?
Entrenábamos en lo que hoy es Monte VI, y más adelante en Atenas también. Unas tres veces por semana. Primero la pretemporada en la pista de atletismo. Dura. Todos los días. Los que llegaban más lechones como el Guille Martínez, y otros que llegaban 10 kilos arriba, se mataban. Y no cobraban un peso! Lo hacían porque querían estar bien. Yo trataba de poner excusas, je, pero siempre iba. Para mi dar dos vueltas al estadio era dejar la vida. Yo fumador...
Después era pelota, gimnasio, táctica, hasta que quede todo automatizado. De repente en los viajes, veían los técnicos, Nico o Miguel,  un movimiento que decías: - mirá que bueno está esto, y lo traían para innovar y agregar una salida de cuatro por ejemplo.

- ¿También con esa base de jugadores compartió la Selección Nacional de mayores?
Más o menos. Pasa que en esos años vino el Futsal, entonces varios equipos se fueron diluyendo. Ya en el '96 Peñarol por ejemplo, por trauma o no se que, prefirió irse. Y yo odiaba el futbol 5. Nunca me gustó ni me gusta ahora jugar en pasto sintético. Nosotros seguimos porque nos iba bien, ganamos un montón de años, ya un poco aburría al ambiente. Robido ya se había ido, estaba Gustavo Llanos, pero el equipo seguía con el mismo esquema. Y ahí la selección se empezó a armar con la base de Nacional y mucha gente. Pero al abrirse muchos por el futsal y la televización de canal 12, etc. quedamos más bien los de Nacional y la gente del interior. Lo que tenía Nacional, aunque ahora está muy desgastado el término, era el grupo. Eramos una banda de amigos que nos defendíamos adentro y afuera de la cancha. Yo me siento amigos de una cantidad de gente que hace años no veo, pero que si preciso algo se que lo voy a tener.

- ¿Jugaron allí un par de Mundiales?
El del '94 en Argentina, donde había gente de Peñarol, de Hebraica, de Náutico. La base era como el juego de Nacional. Y nos fue bien, salimos terceros, perdiendo en semifinal con Argentina en Posadas. 3-2 y los matamos a pelotazos al final. Fue raro porque viajábamos de punta a punta. Un día Tierra del Fuego y después al norte, fue mortal. Lo bueno fue que ese mismo año nosotros habíamos hecho la gira con Nacional, jugando 12 partidos en 14 días por toda España. Contra dos equipos de Liga de Honor, contra cuatro de Liga de Plata, y el resto con cuadros regionales. Y ganamos más partidos de los que perdimos, y vinimos super entrenados. Entonces teníamos un nivel alto, y se armó un cuadrazo con la gente que estaba acá. Y en el '97 en México, salimos vicecampeones. Que yo no pude jugar la final. Es como un bache en mi vida...

En la actualidad, Píriz en la tranquilidad de su oficina. Juega Fútbol 5 "a veces con amigos"

- Pero usted fue titular toda la Copa...
Sí, si. Pero fue un Mundial mal organizado viste. Muy complicado. Jugamos la serie en el DF y la ganamos. Cuartos de final contra Argentina y Bielorrusia en Monterrey y ganamos los dos partidos. Fuimos a Guadalajara y le ganamos a Rusia 2-0 la semifinal con 35 grados. Y al otro día me morí. Me desperté con fiebre, con vómitos, con diarrea. Todo el día así, a la hora del partido tenía 41 de fiebre. El primer tiempo estuve en una ambulancia con suero. Yo había calentado y todo porque estaba convencido que la jugaba pero no pude. Lo maté a Carlitos Clavero que era el otro golero. Los Venezolanos nos ganaron 4-0, jugaban muy bien. Fue horrible, no pude vivir la final.

- Luego sí llega la etapa de futsal. ¿Allí lo convocan?
Como te digo que nunca cobré para jugar porque siempre jugué a gusto, me citaron una vez a una preselección, no me sentí cómodo. No conocía al grupo y no fui más. Preferí seguir jugando en Nacional. Pero ya bastante más complicado de trabajo, lo que finalmente me obligó a dejar.  Yo trabajaba en rodajes, filmaciones. Había semanas que estaba imposibilitado totalmente. Si no fuera por eso, me hubiera gustado adaptarme al grupo de futsal, competir por un puesto con Mauro Roibal o no recuerdo quien más estaba.
Como tenía otras preocupaciones preferí dejar. Fui después en el '99 con Nacional a jugar contra un par de estos cuadros brasileños, me comí 8, 10, 12 goles. Amistosos que pasaba la Bandeirantes. Me hubiera gustado entonces, jugar contra fenómenos como Falcao, Tobías... Yo aparte creo que hubiera podido seguir jugando - tengo 43 -  hasta los 38 tranquilo. Porque físicamente siempre estuve bien a pesar de no hacer nada. Con los Seniors incluso, en un par de partidos, saliendo alguna vez a correr, ya me daba cuenta que estaba con los reflejos intactos. Es más, hicimos un par de partidos contra los juveniles de Nacional, que nos mataron a pelotazos. Volaban! Pero en el arco no me sentí mal. Lo que sí el golero cambió su rol, es lo que yo tendría que evaluar y ver.

- Eso le iba a preguntar. ¿Qué cambió para el arquero del futbol de salón al futbol sala?
El avance en el deporte. Primero que nada el tiro al segundo palo, ya de por sí para el golero es muy difícil. Antes para nosotros solo eran tiros directos al arco. Igualmente jugué varios años con esa regla del gol adentro del área, pero no era algo que estaba tan integrado como ahora. Como te plantás, como te parás frente a un tipo que te va a patear. Es el doble de entrenamiento. El uso de las piernas fue el cambio esencial. El uso de la musculatura para poder estirar y llegar. Y obviamente el otro cambio el juego con los pies. Antes el más perro iba al arco y chau.
Lo que más me costaba a mi era el tiro abajo a la izquierda. Caía mal sobre ese lado. Entrenaba la caída, parece una pavada pero no. Yo solo. Tiraba la pelota contra la pared y caía. Yo creo que ahora cada golero tiene que reconocer su propio defecto. Si el pase te sale más o menos, entrenalo.

- El otro tema del arquero es enfocarse en la concentración para la competencia. ¿Qué piensa?
El papel del golero es tan importantes como el del resto de los jugadores. Pero se notan mucho más los errores. Depende mucho la actitud y la concentración del tipo. En verdad actitud y grupo son dos palabras que ya me tienen podrido hoy en día, je. Pero es así, la actitud es el carácter le ponés a cada situación. Es una predisposición que vos tenés que tener. Para el entrenamiento, y después para esto. Tiene que ser tal la concentración del arquero, que vos tenés que tener la plena seguridad siempre. Y sacar todas las pelotas.
Hay un ejemplo claro con uno de los mejores arqueros que tuvo la selección de once que fue Robert Siboldi. Un arquerazo, pero no hablaba. No trasmitía nada. Mucho más en futbol sala, el golero no tiene que hablar, tiene que mandar. Es el único de los 5 de adentro que ve toda la cancha. Pero hay formas de hablarle a los compañeros. A algunos les gusta de alguna manera, a otros de otra. Si te desconcentra, bueno... a vos te hablo de otra manera. Yo me acuerdo al Negro Miguel no tenía que recriminarle nada. La peor que se mandaba y yo le decía: - Negro, vamo' arriba, no pasa nada. ¿Porqué? Porque Miguel tenía la enorme capacidad de darlo vuelta a la jugada siguiente. Y en la peor, que es querer eludir de último, perderla y que te claven. Y le pasó en un clásico y después fue el mejor jugador del partido...
pero cuando un compañero comete tres errores, y siempre es el mismo, lo tenés que cazar del brazo y decirle: ponete las pilas. Siempre la última palabra es de aliento. Sino el tipo queda peor.
En definitiva, si vos te atajás todo, pero no hablás, te estás perdiendo la mitad. Tenés que hablar, tenés que trasmitir y tenés que atajar.

"El hecho de jugar local y visitante genera un sentido de pertenencia con el club que ahora no veo. Si los chicos no lo viven el deporte, difícilmente se vean atraídos por él. Es imposible lo que estoy diciendo porque los clubes no tienen canchas de 40 x 20."

- ¿Lo invitaron a participar de la Selección Nacional en alguna función?
Voy a intentar dar una mano con los arqueros. Es demasiado decir que voy a ser entrenador de arqueros cuando nunca hice nada. No los conozco a los pibes, no los vi jugar (a los goleros) Creo que hay que hablar con ellos, ver que defectos tienen o se ven, y trabajar en aspectos teóricos más que nada como hablábamos hoy. Es un mínimo grano de arena. Es algo que siempre quise hacer. Gustavo (Sánchez) ya me lo había propuesto en Nacional, y no se dio por un tema de tiempo, yo tengo dos hijos, los veo de noche nomás. Esto me gusta particularmente porque es algo a largo plazo. Es un puesto donde se pueden trabajar muchos aspectos, pero vamos a ver como lo reciben ellos.

- ¿Qué significó teniendo en cuenta su gran fanatismo por Nacional, haber sido campeón de América con el club en Montevideo?
El mejor recuerdo que tengo. Inclusive pasé a DVD todo lo que había guardado de filmación. Es el único documento que tengo. De la Selección no tengo fotos, nada. Incluso regalé las camisetas. Ese video se lo voy a mostrar a mis hijos. Porque además fue una final que fue una guerra. Los paragüas (Rubio Ñú) eran bravos y además tenían un cuadrazo. Estuvo bueno el partido, el gimnasio de Atenas hasta las manos...
Imáginate lo que fue ser campeón Sudamericano con Nacional. Haber obligado hacer en la sede una vidriera solo para fútbol de salón... al deporte no le puedo pedir más nada. Yo soy fundamentalista tricolor con una barra de amigos. Supera a eso de ser anti Peñarol. Es como un concepto de vida. Y en esa época fue muy festejado porque era la época del Quinquenio, aparte no se podía salir campeón de más, pa'arriba no había más nada. Y con Nacional, en mi casa, en un partido tre men do. Con mi familia al costado. Que me haya visto campeón mi viejo, que fue el que me hizo hincha, fue lo más grande.