BORRÓN Y CUENTA NUEVA

Uruguay prepara su encuentro de mañana frente a la difícil Irán. Mientras hay vida, hay esperanza.

La selección charrúa transita la mitad de camino de la fase inicial en esta aventura mundialista.

Un punto es lo cosechado y los dos rivales que quedan por enfrentar son dos potencias mundiales en este deporte. Pero vayamos un poco a repasar un poco que nos ha quedado como sensación de los dos partidos que ya afrontó el equipo de Sánchez.

De la primera fecha, lo ya mencionado. Una injusticia, que no refleja lo sucedido en el trámite ante Libia. Pero claro, de merecimientos no sirve hablar y más en una competencia como ésta. Quedó demostrado en los siguientes partidos que los africanos son la selección más débil del grupo y había que ganar para aferrarse a la chance de una histórica clasificación. ¿Qué falló? La definición más que nada. El porcentaje de goles marrados con respecto a las situaciones generadas no se ve en ningún equipo en esta contienda. Y en el final, no saber cerrar el partido con la pelota a pesar de lo hablado en ese minuto de tiempo (que al final le sirvió más a Libia que a nosotros) y la zona defensiva que no pudo controlar el juego con el arquero.

Sobre la segunda fecha, otro es el cantar. Porque nos ilusionamos con el juego celeste, en un primer tiempo parejo, con llegada de ambos y buenos minutos previos y posteriores al gol de Seba Castro. Y luego vimos a un Uruguay totalmente superado por República Checa. Quedó en evidencia creo yo, las diferencia entre un conjunto y otro. La preparación, las jugadas de pelota quieta, los detalles mínimos a lo largo de un partido. Viendo detenidamente los goles Checos se deducen en alguna medida errores en el equipo uruguayo. El primero flagrante, pase corto de Mauro Ruiz en última zona para que terminen fusilando a Codina. En el segundo, más allá del tranque que gana el rival sobre la izquierda, luego Jorge Rodríguez cierra mal, cuando quedó en el líbero. Era un dos contra uno en contra, y salió a destiempo y realizando un gesto defensivo erróneo como si el checo fuera a patear. Igual fue el gol donde hubo menos responsabilidad. El tercero, tiro libre donde Lanza abandona la posición de zona en el área antes de que movieran la bola. Así, el adversario que pasó para cortinar a Pablo quedó sólo para taquearla y otro definiera en el segundo palo. OBSERVACIÓN: Me lo dijo un juez amigo, en esa jugada el reglamento permite invalidar el gol ya que el jugador no puede estar agarrando el parante mientras juega el balón. Nadie se dio cuenta. El árbitro se hubiera consagrado si lo cobraba. Y el cuarto gol ya en la deseperación, Custodio que atrapa la pelota que rebota en el horizontal, y sale del área sin soltarla de sus manos. Ya estabamos en sexta, y así llegó otro permiso de ejecución para nuestro arquero. Errores directos, que a este nivel se pagan. Algo a lo que se refirió el capitán celeste tras el match.

Por otra parte, fuera de la cancha también hubo equívocos groseros. Diego Garrido no pudo estar en planilla, debido a que la FIFA descubrió que el pasaporte que utilizó el jugador para viajar es español, debido a que posee la doble nacionalidad. Y lo que tendría que haber hecho, es viajar con el pasaporte del país que representa. Sin palabras...

Y para terminar un aterisco sobre la leyenda en la espalda de las camisetas. Sin dudas que es un gusto personal, pero no nos agrada realmente eso de poner el nombre sólo, onda brasileños o españoles. Personalmente nos parece un orgullo que luzcan los apellidos en tan importante oportunidad.

Mañana, a todo o nada contra los iraníes. ¡Fuerza la celeste! Que empiece la cuenta nueva.